Pese a que lo más recomendable cuando tenemos alguna enfermedad es acudir al médico, la verdad es que todos nosotros nos automedicamos cuando tenemos pequeñas dolencias o dolores y que no siempre lo hacemos de una forma totalmente responsable. Por este motivo, hemos recopilado una serie de consejos que pueden ser de mucha ayuda a aquellos lectores que optan por automedicarse cuando tienen que hacer frente a las pequeñas dolencias de las que acabamos de hablar.
Pide consejo a tu farmacéutico
Resumen
Qué duda cabe que los empleados de cualquier farmacia en Córdoba son excelentes conocedores de los medicamentos y saben a la perfección cuándo deben ser consumidos, cuáles son sus contraindicaciones y tienen toda la información acerca de hasta qué punto pueden ser consumidos sin necesidad de supervisión médica.
Por consiguiente, la mejor forma de poder estar completamente seguros de que estamos tomando el fármaco más adecuado para nuestra dolencia, en las dosis adecuada y sin tener que ir al médico no puede ser otra que requerir la ayuda de nuestro farmacéutico, por lo que no hay que dudar ni un minuto a la hora de plantearle todas las dudas que nos surjan respecto al medicamento que vayamos a tomar.
E infórmale en el caso de que estés siguiendo otro tratamiento
Ahora bien, aunque los farmacéuticos sean profesionales sanitarios perfectamente formados, lo cierto es que no son adivinos y que cuando les pedimos ayuda necesitan saber si estamos tomando otras medicinas para indicarnos si la que queremos es compatible con la que estamos tomando y, en cualquier caso, proporcionarnos la más adecuada para nosotros.
En consecuencia, lo más indicado es informar a nuestro farmacéutico de todo cuanto pueda serle de utilidad para recomendarnos el medicamento más indicado para nuestro caso y evitarnos posibles complicaciones derivadas de una automedicación inadecuada.
Evita los fármacos que requieran prescripción médica
A pesar de que muchas veces conservemos en casa algunos medicamentos que nos hayan sido recetados con anterioridad, consumirlos sin que el médico nos lo indique puede ser una pésima idea, dado que aunque creamos tener la misma patología que cuando nos fueron prescritos podemos estar en un error y correr el riesgo no solo de estar medicándonos para una enfermedad que no tenemos, sino también de padecer innecesariamente los efectos secundarios de ese fármaco e incluso de generarnos serias complicaciones médicas.
De hecho, el concepto de automedicación responsable hace referencia al consumo de medicamentos que no necesitan prescripción médica, por lo que lo contrario no lo es en ningún caso.
Hazlo solo de forma puntual
Del mismo modo, alargar el consumo de un fármaco sin que nos lo indique un profesional de la medicina es una pésima idea en la medida de que una cosa es tomar un remedio para un dolor de cabeza o un episodio puntual de insomnio y otra muy distinta es padecer constantemente los males que nos llevan a hacerlo y tomar como solución ingerir fármacos sin acudir a un médico que, en cualquier caso, puede diagnosticar la causa de la dolencia y combatirla de una forma mucho más efectiva y rápida.
No en vano, es fundamental que en el caso de que observemos un empeoramiento en nuestro estado de salud después de habernos automedicado acudamos rápidamente al médico, porque solo él puede ayudarnos a evitar que ese empeoramiento vaya a más y que nuestra pequeña patología se convierta en un gran problema de salud.
Lee con atención el prospecto
Por último, tenemos que decir que la lectura del prospecto es fundamental para entender cómo funciona un medicamento, informarnos acerca de sus contraindicaciones y saber cuáles son sus posibles efectos secundarios, por lo que se trata de algo que en ningún caso hay que dejar de hacer pese a la pereza que pueda causarnos el hecho de hacerlo y a que el farmacéutico nos lo haya recomendado, pues siempre puede haberse equivocado o nosotros haberle obviado alguna circunstancia que puede hacerlo contraproducente para tratar nuestra pequeña afección.